Y a se que te irás, y como siempre, a mi vendrás, sin venir. Un día yo te ame, y tanto te desee, hasta que repentinamente, desapareciste, en frente de mí, y empezo a dolerme así, mi vivir. Ahora viene la hora, de mi triste llanto. La hora, en la que unirás tus lazos, y besarás aquellos labios, que estaran cálidos. Y, por mi amor tardío, arderá mi herida, que por ser mía, también es tuya. Mi ojo llorará, al besar las púas. Esas púas de tu adiós, que no me dejan ver. Era plena lluvia para mí, mientras te llevabas el sol para tí, y aunque ya no hubieran, mas gotas de lluvia, para mis ojos, jamás dejará de llover. Es por eso que la vida, es como un beso, uno que te dí ayer, y quedó ya en tu olvido, mas no el mío, no en el mío. Tu sonreirás por siempre, y yo, al verte con el, moriré de celos, tal vez. Yo moraré, en el pozo de tu olvido, moriré en el vacío de tu abismo, y nacerá así, la muerte