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Mostrando entradas de julio, 2017

Era otra cosa

Sus ojos de miel, parecían dos estrellas  que se acercaban con timidez, pero no era eso, era otra cosa... Sus cejas y pestañas, eran como un paraíso lleno de esplendor, y pensar que ahí dentro, moraría cual ruiseñor, pero no era eso, era otra cosa... Su piel brillaba,  como leche y escarcha. Tan suave, tan bella. pero no era eso, era otra cosa... Su cabello como de terciopelo, una cascada hermosa,  oda a la belleza. pero no era eso, era otra cosa... Su boca que invitaba, a contemplarla eternamente, sería dulce su sabor. pero no era eso, era otra cosa, mi señor...  Sus manos eran como de porcelana, un tacto delicado, casi como pétalos de una rosa. pero no era eso, era otra cosa... La figura de su cuerpo, de pie, como estatua de mármol, Obra de arte, de su creador. pero no era eso, era otra cosa... Sí, sus suaves curvas, un suave sentir, era como la vela que nunca se apaga. pero no era eso,

Hambre

E n la tierna madrugada, el niño busca y no encuentra, al señor sueño, quien no le acurruca en sus brazos, hoy, igual que ayer, las estrellas ya no brillan. Busca agua bendita, pero la encuentra maldita, para su vida y las de sus 10 hermanos. Es un laberinto fangal, en medio de una inconmensurable desgracia. Hay un ogro, un ogro,  que lo toca sin piedad. Aquí no hay lugar, para ir a rusticar. No hay quien le pueda defender. He ahí, un trozo de pan, para ocho almas, alimento será, quizá dé para uno mas. "Llora, y grita en tus adentros, aquí no hay nadie que te pueda escuchar, Corre, corre, todos los caminos, a mi te llevarán" Sangre, dolor, terror. Recuerdos de cada cicatriz, de una violación. Y tu no interviniste señor. Señor atemporal, ¿hasta cuando los destruirás? Las estrellas no brillan en su ojo, "Quiero salir de aquí", susurra el niño, Mirándose frente al espejo, se dice: "Que la muerte