E n su andar, existe un reflejo del pasado, una sombra de lo que me fue añorado. Su sonrisa, es como la de alguien que alguna vez fue. En su mirada, hay un susurro que me recuerda, a la que alguna vez ame. Ella, es una extraña en un cuerpo conocido, me lleva de vuelta a un tiempo lejano, donde fui dueño de un corazón, con el que compartí un sueño y una ilusión. Donde alguna vez prometí, y no cumplí. Donde mis huellas se borraron en el ocaso del olvido. Pero no es ella, aunque se le parezca, aunque en ella se refleja, aquella que solía ser. Hay un eco en las paredes del recuerdo, un eco que me devuelve a la que una vez perdí. A través de ella, le hablé a la que ya no es, y aunque estreche su mano, fue solo para volver, al ayer. Sus manos, son blanquecinas como las nubes, color de la luna, y la piel es suave, con esencia de acebuche. De otro, ella es, de otro, quizá, o tal vez, pues se que conmigo, nunca podrá ser. Pues el que ya tiene es el único y al que siempre quiere te