Ir al contenido principal

Te deje ir


 


Te deje ir.
Como se deja ir,
en el aire, libre,
a una paloma.
 
Te deje ir,
y, como me arrepiento.
Y me arrepiento porque soy humano.
Mas te solté, cuando eras mía.
 
Y hoy, que recuerdo,
aquel sol de abril,
bajo el cielo azul,
frente al mar salado.
 
Supe que serías mía.
Ya eras mía.
Eras mas mía,
que tuya.
 
Y te deje ir,
por que no merecía
ser feliz yo,
y ser infeliz tú.
 
Te solté, y el tiempo,
me ha dado la razón.
Hoy es la vena de Asia,
la que ta abraza.
 
Mas yo, solo soy,
una huella quizá,
que dejaste, 
en la tierra de tu huerto.
 
La brisa borró la huella.
La brisa mojó tu cara,
el te preguntó, si algo te pasa.
Le dijiste que era una gota de agua.
 
Pero era una lágrima,
seca, que acariciaba tu cara.
Mientras tu pie,
pisoteaba mi recuerdo en forma de espalda.
 
Mirarás las flores,
esas que mas amas.
Y se, que no serias 
ni la mitad de feliz, a mi lado.
 
Te deje ir,
te deje ir, con un abrazo,
de dolor, y una acaudalada lágrima
y te dejé ir, porque te amaba.
 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo viajé por estas calles

  Y o viajé por estas calles, una y otra vez.   Viajé, tomando su mano, como si acaso, no hubiera mañana ni ocaso.   Estuve en ese parque, estuvimos en esa banca.   Y si pudiera hablar la banca, diría que hubo veces, donde hablamos tanto y poco, y otras donde hablamos nada.   Donde tan solo conversaban, nuestras miradas.  Donde el tiempo desaperecía, donde mi corazón, de amor se estremecía.   Y hoy, que estoy recordando aquel recuerdo que no volverá,   como el día que pasa y no vuelve, o como la nube que pasa y desaparece,   aquí entre lágrimas secas, y llanto silente,   disimulado de una falsa sonrisa, a veces, sin que ella sepa cuanto me duele,  es la misma noche, son las mismas estrellas, esas, que miraba con ella.   Es el mismo viento que mueve las hojas secas, hojas que sin mas desaparecen muertas.   y todo es igual, solo que ella ya no está.   Sigo anclado a una persona que ya no me quiere, O que quizá nunca me quiso.  Una, por la que todo cuanto pude dí, una, que  ahora, solo es

Los buenos, siempre mueren

E n el oscuro rincón de su memoria, donde los recuerdos yacen ya sin pena ni gloria, se esconde pues, la tristeza, la desdicha y el desdén, de los buenos amantes, que siempre mueren. Lágrimas de tormento y silencio de desesperanza, acompañan el destino de los corazones nobles, que se entregan amando sin medida, sabiendo que nunca serán suficientes sino pobres. El primer amor, es la sombra que persigue, una marca indeleble en el alma, pues nunca, por más que se desee, se podrá llenar el vacío que la deja socavada. Los buenos, los altruistas, los sacrificados, siempre marchan solos en este mundo, donde por ser buenos, son tomados como absurdo, donde su amor se lo ve cual moribundo. Pues a veces por no decir siempre, el amor de los buenos no es correspondido. Nunca es lo que se espera, pues sabe a poco para quien receta el olvido. Y así, en el ocaso de sus días, se desvanece la luz de su existencia, abrazados por la soledad y el hastío, sabiendo que su destino, fue sellado desde el princi

Triste recuerdo

    E n la penumbra de este mi ser marchito, se oculta un triste recuerdo, un eco de dolor y desolación, que me embriaga como un veneno maldito. Recuerdo el día que me dejaste, como un golpe en lo más profundo, cortando mis sueños en pedazos, y dejando mi corazón desquebrajado y rasgado. Mientras te di amor, al final, recibí desprecio, cosechando lágrimas en lugar de sonrisas, cada gesto de cariño despreciado, cada palabra de amor, ignorada y perdida. Imaginé una eternidad a tu lado, pero decidiste ponerle fin, cerrando precipitadamente la puerta del amor, y abriendo la del olvido sin mirar atrás. Aquí estoy, llorando como un niño perdido. En la oscuridad, ignorado. Recordando los peores momentos de mi vida, y cada instante vivido a tu lado, ahora se convierte, en un triste recuerdo nostálgico. Aquel amor que te tuvimos se desvanece en el viento, como un susurro que se pierde en la nada, y todo cuanto vivimos juntos, se convierte en un triste recuerdo que no volverá.   No volverá, como