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Soledad

 

Así, apareciste, como la estrella fugaz,
como las luciérnagas en la noche,
que aparecen y no se ven.
Y que cuando logran aparecer, 
desaparecen con desdén y sin piedad.
 
Cada día y cada noche,
mi pensamiento contigo estaba.
Cada día y cada noche,
tu miraba me cautivaba.
 
Yo era el viento y vos el mar,
yo era la montana y vos el sol.
Vos eras el arco iris, y yo los ojos
que te contemplaban.

Y de que sirve tener ojos,
cuando el arcoíris desaparece.
Me siento triste y solo.
Mi sufrir no se separa del sollozo.

Me acostumbre a estar a tu lado,
mi vida no tiene sentido sin tu presencia.
Estoy solo, con mi triste soledad,
y me duele cada lagrima que cae en mi obscuridad.
 
Como si fueran cataratas abundantes.
Como si fuera un nino, que aprende el luto.
Como si acaso fuera injusto,
ser todo un caballero,
 que tiene nada mas, que amor verdadero.

Dios mio. 
Por que dejas que esta soledad
me abrace?
Si te he pedido con lagrimas mi anhelo.

Pero no me escuchas.
Y no me respondes.
No soy digno de mi plegaria.
Soy pecador, y me das la espalda.

Ayer, ella, estaba aquí, hoy, decidió partir.
Como la estrella que se ve en el cielo,
pero no es mas que el pasado de lo que alguna vez brillo. 

Sin decirme, cerro la puerta,
y no volverá jamas, como la estrella que deja de ser, 
o como el sol que se apaga al atardecer.

Despierto cada manana y no estas.
No existen mas palabras al amanecer,
no existen las llamadas,
ni las risas, ni absolutamente, nada.

Siempre estuve solo, es verdad.
y no me duele la soledad.
Pues ella misma me ha mostrado bondad,
y conoce de mi fragilidad.

Entiendan, no me duele la soledad.
Lo que me duele es su ausencia.
Me duele su indiferencia.
Me duele, verla a lo lejos, y que no tenga de mi clemencia.

Heme aquí desdichado de mi!
Aquí en en el sombrío recuerdo
de lo execrable que alguna vez fui.
Aquí estoy, solo, en la debacle de mi latir.
 
Mis lagrimas no valen nada.
Mis llamadas por tu amor,
son solo el ruido imperceptible
de una hoja seca que al caer,
 se pierde en la tierra.
 
Yo no quiero esta soledad.
Que se vaya mi vida de mi,
por que no quiero vivir,
sabiendo que ella no volverá.
 
Y si alguna vez volviera,
entonces sabrá que mi corazón
 siempre fue suyo.
 Aunque yo ya no exista,
 y me haya desvanecido...
 
en el mar del murmullo,
en el recuerdo ,de mi llanto silente,
de mi dolor etéreo
de mi dolor perpetuo
de mi dolor profundo.

 
 
 




 
 

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