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Ella, no es Ella.


 En su andar, existe un reflejo del pasado,
una sombra de lo que me fue añorado.
 
Su sonrisa, es como la de alguien que alguna vez fue.
En su mirada, hay un susurro que me recuerda,
a la que alguna vez ame.
 
Ella, es una extraña en un cuerpo conocido,
me lleva de vuelta a un tiempo lejano,

 donde fui dueño de un corazón,
con el que compartí un sueño y una ilusión.
 
Donde alguna vez prometí, y no cumplí.
Donde mis huellas se borraron en el ocaso del olvido.

Pero no es ella, aunque se le parezca,
aunque en ella se refleja, aquella que solía ser.
 
Hay un eco en las paredes del recuerdo,
un eco que me devuelve a la que una vez perdí.

A través de ella, le hablé a la que ya no es,
y aunque estreche su mano, fue solo para volver, al ayer.
 
Sus manos, son blanquecinas como las nubes,
color de la luna, y la piel es suave, con esencia de acebuche.  

De otro, ella es, de otro, quizá, o tal vez,
pues se que conmigo, nunca podrá ser.
Pues el que ya tiene es el único y al que siempre quiere tener.
 
Porque a la que me recuerda, ya dejó de ser.
En cuanto a sus ojos, jamás me podrían ver,  
como la que de antaño me miraba, en cada atardecer.
 
Ella me recuerda a aquella mujer,
la que tenia pestañas de luna,
 
la que miraba con las fronteras de los ojos,
la que siendo bella sin máscara ni ornamentos,
 fingía tener un corazón de abrojos.   
 
Su cabello como aquel, es un alboroto medieval,
recuerdan los rayos del sol, acariciando a un hermoso cañaveral.

Y nunca le dije adiós, pues jamás me despedí,
aunque alguna vez, antes de partir, besé sus labios pálidos carmesí.
 
Si, ¡cuánto se le parece!, pero ella, no es ella,
y cuando le hablo, le hablo a aquella.
 
 Para siempre, le sonreiré y adiós le diré.
y me quedará en el alma la melancolía de lo que fue,
 
la tristeza y la nostalgia, de lo que nunca pudo ser.

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