Mis ojos están cansados de ver,
ojos cerrados de tanto llanto.
Cada mañana me despierto,
y ¿cuantos mas no habrán despertado?
Y dichosos son ellos,
porque han dejado de sufrir.
Y ¿que hay del que sigue aquí?
Su alimento es la miseria.
Y sin embargo no pide nada,
mas que ser feliz.
He visto una y mil vidas empezar,
y una y mil vidas terminar.
Y esta pregunta asalta mi pensar:
¿volverán estos miles de corazones a palpitar?
La vida, es tan efímera.
Hoy es, mañana no es.
Y dime tú, amigo mío,
¿qué es, sino un suspiro vano?
Y al final,
¿es esto todo cuanto hay?
He visto una triste sonrisa.
He escuchado un llanto callado.
Me queda un sabor amargo,
me quedo frustrado.
Ante el sufrir ajeno,
poco es lo que esta en mis manos.
Y he seguido caminando,
y respiro soledad, y demasiada maldad.
Acaso es esa sangre derramada,
la que hoy reclama: ¡no pedí venir al mundo!
Sé de tantos huérfanos y viudas sin cobijo.
¿y qué de los padres, que han perdido un hijo?
Y sin embargo, hay uno que lo ve todo,
y aunque se que sufre, nos parece que se queda mudo.
Pero no será por siempre.
¿pero cuando actuará.?
Porque de verás el sonido del dolor,
esta dejándome sordo.
Tu que estás en lo alto,
yo se que puedes escucharme.
Si no es mucho pedir,
haz que mi corazón se detenga.
Dame un sueño profundo,
y si quieres, hazme despertar...
cuando todo lo que has prometido...
sea realidad.
ojos cerrados de tanto llanto.
Cada mañana me despierto,
y ¿cuantos mas no habrán despertado?
Y dichosos son ellos,
porque han dejado de sufrir.
Y ¿que hay del que sigue aquí?
Su alimento es la miseria.
Y sin embargo no pide nada,
mas que ser feliz.
He visto una y mil vidas empezar,
y una y mil vidas terminar.
Y esta pregunta asalta mi pensar:
¿volverán estos miles de corazones a palpitar?
La vida, es tan efímera.
Hoy es, mañana no es.
Y dime tú, amigo mío,
¿qué es, sino un suspiro vano?
Y al final,
¿es esto todo cuanto hay?
He visto una triste sonrisa.
He escuchado un llanto callado.
Me queda un sabor amargo,
me quedo frustrado.
Ante el sufrir ajeno,
poco es lo que esta en mis manos.
Y he seguido caminando,
y respiro soledad, y demasiada maldad.
Acaso es esa sangre derramada,
la que hoy reclama: ¡no pedí venir al mundo!
Sé de tantos huérfanos y viudas sin cobijo.
¿y qué de los padres, que han perdido un hijo?
Y sin embargo, hay uno que lo ve todo,
y aunque se que sufre, nos parece que se queda mudo.
Pero no será por siempre.
¿pero cuando actuará.?
Porque de verás el sonido del dolor,
esta dejándome sordo.
Tu que estás en lo alto,
yo se que puedes escucharme.
Si no es mucho pedir,
haz que mi corazón se detenga.
Dame un sueño profundo,
y si quieres, hazme despertar...
cuando todo lo que has prometido...
sea realidad.
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