No sé cuanto tiempo me quede,
solo sé, que un día te quise,
solo sé que un día también me quisiste,
mas que a la vida, mas que a la razón.
Hablar de amor,
no tiene sentido.
Porque de así haber sido,
juntos habríamos permanecido.
Yo estaría viéndome,
en tus ojos de luna.
Y justo ahora, tomaría tu mano,
como con miedo de soltarla.
Y aunque tendremos un silencio común,
siempre te recordaré,
como el hombre a su niñez,
te recordaré aun en la vejez.
A tu vida llegué,
y de ella me fui,
como se va un vagabundo,
como la neblina que con la mañana desaparece.
Y con todo, cambiaste,
mi entorno gris,
con tu sonrisa, y su color,
con tu piel y su calor.
Y siempre, habrá alguno,
de ti enamorado,
ensayando el como hablarte,
mas no como yo, que llegue aún a evitarte.
Y no importa, si te las diga o las calle.
Siempre habrán para ti,
palabras que te alegraran el alma,
y no podrás evitar el hecho de recordarme.
Mil y un poemas me inspiraste,
y tal vez aún, lo haces,
en lo secreto de mi vida,
en lo clandestino, de la ilusión dulce, pero fallida.
Alguien te amará, al grado tal,
que abandonarte no se imaginará,
alguien que te seguirá, adonde vayan tus sueños,
porque de veras demostrara ser tu dueño.
Serás una mujer enamorada,
enamorada de la libertad,
enamorada de vivir,
enamorada de todo, pero ya no de mí.
Siempre serás uno de mis pensamientos.
Y cuando tus propios brazos te rodeen toda,
como un día los míos supieron hacerlo,
recordaras aquel bello secreto .
Y siempre te abrazaré en silencio.
Aún cuando te vea, sin verte,
y te salude de manera indiferente,
Y sepa que el beso y el abrazo, ocurra solo en mi mente.
Tus canciones me golpearán.
Pero seguirás tu camino, y yo el mio,
porque así, siempre fue, y así siempre será.
y es así como tiene que ser.
Y siempre viajaré,
por un instante, a nuestro ayer.
donde la brisa del mar,
me haga desvanecer...
...donde me haga en tus manos caer,
con el atardecer sin dueño,
aunque parecía ser nuestro y estar de pasión lleno,
como nuestras manos, llenas de sudor y ardor...
las cuales se encontraron, con temor,
con temor, de perderse para siempre,
como sucede hoy.
Mas al vernos, siempre, nos diremos adiós.
Yo te quise, ¿sabes,
caucásica mujer?
Tu también me quisiste,
mas que a la vida, mas que a la razón.
Y por eso siempre vivirás,
extrañamente, en algún,
clandestino, lugar, de mi corazón.
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