Era un día extraño
en el que el sol, no sonrió.
Era un día inquieto,
como mis irascibles secretos.
Con el horizonte quebrado
como se quiebra un cristal.
Como los fragmentos de sal
que llenan el mar.
Como si fuera yo,
una sombra en la oscuridad
con ganas de reír
para no llorar.
Estaba yo, en la tempestad,
pregonando con mi vida
una verdadera falsedad
indómita y vanal..
cuando una calma inusitada
se acercaba y me saludaba.
¿Quien es? Me preguntaba,
con la ingenuidad derrotada.
Son las estrellas del cielo.
Es una flor, del suelo.
¿Quien es este hermoso anhelo?
Si la veo... será solo un sueño.
Era oro, era plata,
eran zafiros y esmeraldas.
Tan inalcanzables, e imposibles.
Como respirar bajo el agua.
¿Quien es este calor
que derrite mi hielo?
Son sus manos, y su cabello
que despiertan mi deseo.
Es la Diosa,
que la mitología escondió
y al verla, mi corazón, ardió
fuego, hubo en mi interior.
¿Y quien es, pues, este ser
al que no puedo ver
de la cabeza a los pies?
Comentarios
Publicar un comentario