Mis ojos, se quedaron perpetuos
en los dibujos del mar.
Con la tinta indeleble
y un leve suspirar.
En tu piel tan clara y serena
esa piel que al tocarla me quema.
Se quedará grabado en ella
permanente y para siempre.
Son las flores de sacuanjoche
Que te besan de día y te besan de noche.
Y cuando ella siento frio,
te cubrirá, con su calor.
Y cuando ella así lo quiera, en su blancura,
te sobará sutilmente con ternura.
Porque ahora sos parte ella,
como del firmamento las estrellas.
Y yo podré seguir admirándola,
a ella y sus lirios de azucenas,
Y viviré en su lejanía y solo la podré mirar,
sabiendo que ella nunca, me podría amar.
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