Tu piel, de lana y terciopelo,
fue agua en mi desierto.
Fue la delicadeza,
fluyendo entre mis manos.
Si tu piel fue el cielo
mis manos fueron su manto.
Como una constelación,
tus lunares, se grabaron en mi corazón.
Tu piel es suave,
conduce a la excitación.
Tu piel es un poema,
una estrella
que resplandece cual diadema.
Inmarcesible, casi inaccesible,
que no puedo olvidar,
y que resulta increíble.
Yo desee tu piel,
yo la acaricie.
Mis manos te besaron
pero a mis deseos ataron.
Tu silueta es hermosa,
como la primavera, primorosa.
Tu figura de cristal,
imagen de una Diosa.
deja que mis manos,
vuelvan a venerar,
la ternura de tu piel.
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