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Recuerdos viejos



Era tan bello aquel día,
corazón lleno de asombro,
en tus pechos me dormía,
era, como tocar el cielo.

Este es mi escribir
es tan solo mi sentir,
lo que hoy recuerdo,
la pasión, que no tuvo freno.

Se calmó una tempestad,
solo con un beso.
A penas supe existir,
en lo callado, en lo sereno.

Sentí tus anhelos y tus deseos
la vehemencia de tu boca temblorosa.
roja como la sangre,
Como una cereza. Roja.

Las ganas, que son lagrimas, 
no pueden detenerse,
me dijeron que no me mandara, el corazón,
pero, ¿acaso pude yo?

Indómito corazón, perverso.
no puedo controlar los latidos,
porque al final, ese era mi mundo,
eterno, placentero mio, solo mio. 

La pasión puede ser eterna,
pero la razón, maldita y postrera,
y mis palmas eran hacia ella atraídas,
como azúcar que atrae mil hormigas.
  
Y te vi junto a mí, clamorosa,
y tus miradas, rumorosas,
cual piedras preciosas provocan,
el saber: ¿quien querría de ti alejarse?

Agonizaron aquellos días,
 pero no el recuerdo nuestro.
El adiós, el beso, tan suave y sentido,
como se siente un suspiro.

Los recuerdos bellos,
 son, las viejas pasiones,

las que por siempre habitarán,
en nuestros corazones.

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