En la falta de la luz,
hay nada mas, que obscuridad,
y en la abundancia de lo obscuro,
existió, lo que una vez fue, la historia de un amor,
consumado en la muerte, y en ella atrapado, no hay dolor.
Obscuro y triste,
hay nada mas, que obscuridad,
y en la abundancia de lo obscuro,
existió, lo que una vez fue, la historia de un amor,
consumado en la muerte, y en ella atrapado, no hay dolor.
Obscuro y triste,
fue el gris resplandor,
con cadenas sempiternas,
que conviertían en amargas, las vanas ganas.
con cadenas sempiternas,
que conviertían en amargas, las vanas ganas.
Y había alguien que esperaba verle,
pero era siempre, demasiado tarde,
el amor yacía ahogado, olvidado...
tan viejo como el tiempo, casi acabado.
Obscuro el pensar, en su corta vida,
agudeciose, aquel longevo sufrir.
Mientras el sol se ocultaba en la noche,
¡Cobarde!, existía en su mente un obscuro sentir.
Todo le faltó, cariño y amor,
su corazón, casi explotó,
era todo dolor, angustia y desesperación.
Como una fiera herida, vacío, sin ilusión.
"Respira profundo", se decía,
"No existe el dolor", se repetía,
atrapado en mil voces,
atrapado por su silente grito.
Obscuro y cruel, fue su final,
terminando asi su propio terror,
las viejas sogas están colgando
afuera, en el patio exterior....
Con temor, y a la vez con un cobarde valor,
desde lo alto ha quedado,
suspendido junto a su inconcluso sueño,
terminando asi, el sangriento acto.
Sin días buenos a quien tener,
sin alguien a quien amar,
sin siquiera en una persona poder confiar,
a su vida le ha puesto final.
Yace su cuerpo inerte,
descansando para siempre,
sin acción alguna bajo el sol,
y en su interior, un marchitado corazón.
Una nota dejó en su habitación:
"El silencio ensordece mis oídos,
mis lágrimas se han vuelto invisibles,
a nadie le importé, y sin embargo cuanto te amé,
hoy me ahoga, mi frustración, mi obscura decepción,
y no sé, si habrá para mi, un divino perdón"
La mujer, tarde llegó,
y fueron en vano, sus intentos por despartarle,
era el inevitable final,
y una película de su amor, de la nada en su mente, apareció.
Un sin fin de emociones,
y mil recuerdos de él, le hicieron estremecer,
porque fatal fue la historia de ese amor,
y le impele ahora, a no querer mas, un nuevo amanecer.
Se vá, ella también, se vá con el,
ha tomado un cuchillo, y la sangre de sus venas empieza ya a correr,
en sus últimos latidos, su vida empieza a desaparecer
y tan solo dijo con sus últimos suspiros:
"¡Me quedaré contigo,
perdona amor mio, perdona por favor,
he sido tan cruel y amarga como la hiel,
perdone oh Dios mio...
...y quieras tú en un futuro, devolverme la vida
para estar siempre con el,
y si es que habrá otro mundo amarlo bien como en vida merecía..
...acaben aquí mis penas y cualquier otro castigo,
perdone usted, oh Dios mío".
el amor yacía ahogado, olvidado...
tan viejo como el tiempo, casi acabado.
Obscuro el pensar, en su corta vida,
agudeciose, aquel longevo sufrir.
Mientras el sol se ocultaba en la noche,
¡Cobarde!, existía en su mente un obscuro sentir.
Todo le faltó, cariño y amor,
su corazón, casi explotó,
era todo dolor, angustia y desesperación.
Como una fiera herida, vacío, sin ilusión.
"Respira profundo", se decía,
"No existe el dolor", se repetía,
atrapado en mil voces,
atrapado por su silente grito.
Obscuro y cruel, fue su final,
terminando asi su propio terror,
las viejas sogas están colgando
afuera, en el patio exterior....
Con temor, y a la vez con un cobarde valor,
desde lo alto ha quedado,
suspendido junto a su inconcluso sueño,
terminando asi, el sangriento acto.
Sin días buenos a quien tener,
sin alguien a quien amar,
sin siquiera en una persona poder confiar,
a su vida le ha puesto final.
Yace su cuerpo inerte,
descansando para siempre,
sin acción alguna bajo el sol,
y en su interior, un marchitado corazón.
Una nota dejó en su habitación:
"El silencio ensordece mis oídos,
mis lágrimas se han vuelto invisibles,
a nadie le importé, y sin embargo cuanto te amé,
hoy me ahoga, mi frustración, mi obscura decepción,
y no sé, si habrá para mi, un divino perdón"
La mujer, tarde llegó,
y fueron en vano, sus intentos por despartarle,
era el inevitable final,
y una película de su amor, de la nada en su mente, apareció.
Un sin fin de emociones,
y mil recuerdos de él, le hicieron estremecer,
porque fatal fue la historia de ese amor,
y le impele ahora, a no querer mas, un nuevo amanecer.
Se vá, ella también, se vá con el,
ha tomado un cuchillo, y la sangre de sus venas empieza ya a correr,
en sus últimos latidos, su vida empieza a desaparecer
y tan solo dijo con sus últimos suspiros:
"¡Me quedaré contigo,
perdona amor mio, perdona por favor,
he sido tan cruel y amarga como la hiel,
perdone oh Dios mio...
...y quieras tú en un futuro, devolverme la vida
para estar siempre con el,
y si es que habrá otro mundo amarlo bien como en vida merecía..
...acaben aquí mis penas y cualquier otro castigo,
perdone usted, oh Dios mío".
Hermoso y sentido poema, Tomislav, tal vez con un toque gótico, pero muy bello a pesar de lo nostálgico y triste, pero así son los dramas del amor, intensos. Te felicito. Un abrazo!
ResponderEliminar