Mientras la lluvia cae, el pensamiento me asalta.
Te quiero ir a buscar.
La penumbra me encierra el alma,
mis manos a pesar del frío sienten calor,
y se han humedecido.
Me dirijo a encontrarte, te encuentro.
Como cuando duerme una flor de pétalos rosados.
Sumergida en el mar de Morfeo.
Como no excitarse al verte.
¿Como no desearte?
¿Como evitar el deseo de tocarte con los ojos
y al menos con un beso?
Pero estas callada.
Cansada. Y dormida.
No sentirías nada.
Suspiro.
Te beso.
Y me despido.
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