Mi deseo. Un deseo no consumado.
Porque ver el cielo es ver sus ojos.
Verme en ellos reflejado.
Imposible será para siempre.
El deseo de hacerte feliz.
¿Acaso lo habria logrado, mi triste sonrisa, gris?
Ahora sabés que algo en mí
era para ti.
Y te alejás de manera imperceptible.
Como se aleja el día de la noche.
Y tengo en mi recuerdo,
los minutos aquellos, que se volvieron bellos.
Porque pude decirte,
toda mi verdad.
Y sin embargo callé.
Y me precipité, como la lluvia que cae.
Quién sabe si es felíz.
Tan solo le conocí, y le quise.
Qué se yo si era para mí.
Qué se yo, si le podía hacer felíz.
Lo que sé, es que podría perder mi juicio,
si no le volviera a ver.
Pero es quizá muy tarde,
Y cuando llegué, fue solo para asustarle.
Así que, con todo y dolor, admito, será lo mejor,
ignorarle yo, y que me ignore ella.
Y seremos como dos estrellas,
que juntas se ven, desde un lugar, pero lejanas entre ellas están.
Y cuando ella suspire, en la tarde amable,
quizá mi nombre escuche.
Y tal vez finja que le da igual,
pero quizá piense, lo que habría ocurrído..
...si entre los dos hubiéremos construido,
una historia especial.
Y sufriré, al verle en el corredor,
o cerca de aquel árbol.
O en la esquína de la capilla,
cuando caiga una gentil brisa.
Y mi corazón le seguirá anhelando al verla,
como anhelan sus pestañas unirse, cuando cae la noche.
Y sin embargo el tiempo, me enseñará
a fingir que la olvidé.
Y aunque ella era la respuesta,
a aquella pregunta que nunca le hice...
...por dentro, el resto de mis días,
le seguiré pensando. Pero cada vez con menos fuerza.
Y alo mejor un día un gesto
o una mirada mia le digan:
"Siempre fuiste su deseo.
Y cada segundo de su vida, el siempre te amó".
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