Sé libre para siempre, y por favor corta,
cada cuerda que te unía a mi,
para que mi piel de una vez y para siempre,
se despegue de ti.
Que no te importe, si el dolor,
me hace su preso otra vez,
es la hora de partir,
como partiste ayer.
Y mientras, en mi lamento me siento ahogado,
porque en mis manos esta aún,
el perfume de las tuyas,
como adhesivo eterno, no se quita.
Y por favor deja libre la flor aquella,
que hoy ya luce marchita, ya luce muerta,
y que se parece a nuestro amor,
el amor que murió, y que a la tierra del olvido se marchó.
Deja enterrado, el cadáver de tu recuerdo,
para que ni mi pecho, ni mis manos,
se acuerden siquiera de tu regazo.
Deja que tu imagen desaparezca en el horizonte.
Déjame solo, en mi soledad,
en la misma soledad, en que me encontraste,
cuando bajo la luna nueva,
te susurraba al oído, "¡No te marches!"
Y en la penumbra de la oscura noche,
con tu risa desaparecerá la mía,
y aunque escuches mi llanto, no quiero que te vuelvas,
porque debes ser libre, como las aves.
Deja que mi corazón sangre,
cada recuerdo, para que te deje libre,
y hagas tu vuelo, de alto riesgo,
y asi de esa forma nunca mas pronuncie tu nombre.
Por que he llegado a comprender,
que seriamos, como un párrafo mas,
que se escribe, en las historietas del amor,
esas historias que no deben perdurar.
Y mientras vea pasar la vida, en el espacio,
y el tiempo con ella, parecerá sin embargo,
que se detienen la horas, y los recuerdos aparecen;
como entrometidos, sin haber sido convocados.
Y quizás en tu despegue, con tus dedos blancos,
me digas hasta siempre, aunque yo no quiera verte.
Y aunque adentro quisiera retenerte, y mis manos a mis oídos lleve,
lloraré amargamente, y sin embargo deseando, que seas libre.
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