Si. Fui cobarde. Me refugie en el capullo.
El capullo aquel, de esconder, mi frágil ser.
¿Cómo puedo quererte aún? Si nunca lo supiste. Y me despreciaste.
Y ¿cómo podrías saberlo, si decirtelo, no pude?
Tu silueta me innunda, cada vez que te veo caminar,
y veo tus ojos y me pregunto. ¿En qué pensará?
Mi vida en poco acabará, y tu nombre no dejo de pronunciar.
OJáVI, si no le vuelvo a ver, otra lágrima derramaré.
Y eso, ¿a quien le importa?
No quisiera despedirme de ti. Y desearia un beso darle en su mejía.
Es que mi mente, es capaz de pensar en imposibles todavía.
Quizá no podré olvidarle. Pero no quisera decirte adios.
Porque todo este tiempo, no te hablé mas de una vez.
Quedará solo en el vacío, la idea bella,
...de que un dia, nuestras manos se juntáran, como se juntan el mar y la arena.
Y estuve tan cerca. Cerca, de nada. A tu lado, ignorado.
Y tan lejos. Lejos de todo. Lejos, de decirte mas que un saludo. Lo evitaste.
Tú no me quisiste. Tal vez, Tú no me querrías.
Pero con, o sin tu amable mirar, siempre te admiraría.
Tu belleza es un ensueño interminable.
Esa imagen de niña. Tan siempre pulcra e impecable.
Y no soy nadie, mas que un tonto, del amor enamorado.
Que te escribia con el corazón en la mano.
y ¿Para qué? Sí, ¿Para que escribirte algo, que quizá, nunca leerás?
Un segundo me ha bastado, para llevar 180 dias, en ti pensando.
Y de nada sirve. Porque tu sonries. Y yo, no tanto.
El amor es así, a veces llega como a cántaros de agua.
Y otras simplemente tan seco, como el desierto.
Mi escribir será triste. Mi escribir será víl.
Y no sé si te quiero.
Y, ¿cómo saberlo? Si conocerte sería un privilegio,
y me lo negaste.
Ahora sonrío, en mi silencio, al verte venir,
seré loco, por este sentir, pues no volverá a existir.
Nuestro amor, tal vez habria sido bello. Quizá eterno.
Habría sido dulce, habría sido amargo. En fin. No hay forma de saberlo.
Y como le queda muy poco a mi vida,
no quisiera que entre tú y yo, hubiera una despedida.
Y ¿cómo haberla, si entre nosotros dos,
tampoco hubo una bienvenida?
Así que siempre recordaré tu sonrisa,
que es, sin tu desearlo, el mejor regalo que me has dado.
Y tendre ese fugaz recuerdo tuyo, hasta mi ultimo suspirar.
No quiesiera despedirme de ti, pero solo te queria decir:
Gracias por aquella hora. Tu voz y tus sonrisas...
...Por siempre, vivirán en mí.
Adiós..
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